Jesús Alanís Ramírez, originario de Tepehuanes, Durango, nació el día 29 de enero de 1923. Cuarto hijo de Don Abdón Alanís Soto y doña María de Jesús Rámirez.
Médico de profesión, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Siendo estudiante de medicina se integra al laboratorio de fisiología y farmacología creado por el Dr. Ignacio Chávez dentro del Instituto Nacional de Cardiología. Este laboratorio por decisión del Dr. Chávez, era dirigido por el eminente investigador de Harvard Arturo Rosenbleuth, extraordinario hombre, creador con Winner de la Cibernética. El Dr. Rosenblueth se convierte para el Dr. Alanís en mentor, guía y con el correr del tiempo en uno de sus mejores amigos. Bajo su férula rígida pero inmensamente humana y genial, empieza a moldearse la inquietud desbordante y la motivación extraordinaria del joven Alanís por abordar problemas de investigación científica.
Por méritos propios obtuvo una generosa beca otorgada por los laboratorios Squibb que le permite perfeccionar su formación en dos prestigiadas universidades de Estados Unidos: la John Hopkins de Baltimore y la de Filadelfia, para posteriormente ingresar al Departamento de Fisiología de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, en la que a través de su infatigable labor se hace merecedor de la admiración y respeto de la circunspecta congregación académica inglesa. Requisito indispensable de esta beca, conocer y dominar el idioma inglés, Alanís careciendo de ambos, disponía de tan solo seis meses para ello. Con la ayuda de la señora Rosenbleuth lo consigue. A su regreso al Instituto Nacional de Cardiología es nombrado Jefe del Departamento de Fisiología y se mete de lleno en la labor de investigar los caracteres electrofisiológicos de las células del corazón de los mamíferos, en particular del sistema de conducción responsable de la alternancia en la contracción de aurículas y ventrículos. En 1958 logra un descubrimiento científico de gran trascendencia, analiza la actividad eléctrica de un segmento específico del sistema de conducción del miocardio del haz de His y encuentra que las células de ese haz generan potenciales característicos distintos de los que se registran en otras regiones del corazón. Como es frecuente en nuestro medio la trascendencia del descubrimiento pasó casi desapercibida; sin embargo, Giraut y colaboradores describen dos años más tarde potenciales similares en el haz de His del corazón humano al introducir catéteres intracardiacos.
Trece años después de publicado el trabajo del Dr. Alanís sobre el haz de His, éste recibe un reconocimiento inesperado. Comrol y Dritts en Estados Unidos realizan una encuesta para analizar la utilidad de apoyar la investigación biomédica básica como medio para obtener avances significativos en la práctica médica. Interrogaron a médicos de la Unión Americana sobre las contribuciones científicas más trascendentes de todos los tiempos en el campo de la medicina cardiovascular y de innumerables trabajos, los encuestados seleccionaron cinco, incluyendo entre ellos, la descripción del potencial del haz de His descubierto por el Dr. Alanís, mérito adjudicado internacionalmente al Instituto Nacional de Cardiología. Fueron publicados 62 de sus trabajos completos en las más importantes y respetadas revistas científicas del mundo, así como infinidad de monografías. Tuvo también destacadas participaciones en congresos y convenciones internacionales de la comunidad médica; La UNAM consigna en sus anales y bibliografía parte de su obra, como lo hacen también enciclopedias científicas del mundo. A lo largo de su carrera recibió los siguientes premios:
- En 1967 el “Elías Sourasky” del Fondo de Fomento Educativo.
- En 1969 el de la Sociedad Mexicana de Cardiología.
- En 1971 del Fondo Para Estimular la Investigación Médica y Farmacéutica en México.
- En 1982 Diploma y medalla como “Universitario sobresaliente” de la Universidad Nacional Autónoma de México.
- En 1987 Premio del GRUPO ALTRUISTA ANÓNIMO Y MEDALLA DE LA ACADEMIA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA A.C.
Por razones de orden político se ve en la necesidad de renunciar al Instituto Nacional de Cardiología. Por dos años imparte cátedra como profesor emérito de tiempo completo en la Universidad de Connecticut de Estados Unidos. Regresa a su querido México y ante la imposibilidad de lograr ingresar a alguna institución científica mexicana, dada su importante trayectoria, decide adoptar Morelos como su segunda tierra. Con donativos en dinero y especie instala su propio laboratorio científico en Jiutepec, Morelos y sigue incansable su labor, formando nuevas generaciones de científicos. Ante la disminución de apoyos financieros y su ya avanzada edad, cierra dicho laboratorio, donando sus contenidos a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos para dedicar su tiempo a la lectura y a escuchar música culta. A la fecha, a sus 88 años de edad ha padecido en los últimos meses tres infartos cerebrales que lo mantienen al margen de cualquier actividad, olvidado por la comunidad científica y aquejado del mal al que consagró sus investigaciones, EL CORAZÓN, en espera de que éste cese de latir. Indudablemente las aportaciones científicas del Dr. Jesús Alanís resultan poderosamente benéficas a la humanidad y sin duda fueron base para la creación del marca paso que tantas vidas ha prolongado desde su invención.
Descripción de Su Descubrimiento
En 1959 descubrí un potencial eléctrico en el corazón de perros y gatos que denominé haz de His en honor del potencial que está intercalado entre la activación de la aurícula y la activación del ventrículo; este retardo llamado aurículo-ventricular es muy importante porque permite la sincronización de las dos bombas; primero se llena la aurícula de sangre, la expulsa hacía el ventrículo y cuando éste se llena la expulsa hasta la aorta, y tenemos así una circulación efectiva y una presión sanguínea constante. Me intrigaba la causa de ese retardo que hay en la propagación del impulso eléctrico entre aurícula y ventrículo y que ocasiona el resultado mecánico mencionado. Supuse que podría haber una señal eléctrica que informara algo sobre ese retraso, y en efecto, al buscar y explorar con electrodos especiales la región intermedia entre la aurícula y el ventrículo, encontré que había un potencial cuyas características, morfología, desarrollo en el tiempo. Descubrimiento publicado en revistas inglesas y después nacionales. A este potencial lo denominé “Potencial H”, por ser esa letra la inicial del apellido del histólogo alemán His, que había descrito la histología de la estructura en 1880 o 1890. Una vez que descubrí ese potencial H, me interesé en seguir explorando toda la red que conecta eléctricamente la aurícula con el ventrículo. O sea ¿cómo el impulso eléctrico que se genera arriba, en la aurícula viene a dar hasta el ventrículo?. Sin ese impulso no hay contracción. Me dediqué a explorar toda la red y siguí haciendo estudios registrando los potenciales del haz de His, de sus ramas y de la red de Purjinke, analizando los tiempos que tardan esos potenciales en aparecer, las características que tienen, y desde luego, las implicaciones funcionales de estos potenciales.
11 o 12 años después en algunas ciudades de Estaos Unidos y otras de Francia se empezó a registrar el potencial H en el hombre para poder diagnosticar con mayor facilidad los casos de arritmia cardíaca, o los bloques de la conducción en el hombre. Ellos tuvieron éxito introduciendo un catéter por la vena femoral. Este catéter lleva dos pequeños electrodos en la punta: es una cánula que se introduce bajo rayos X y al llegar al interior del corazón y tocar la región donde se encuentra el haz de His tuvieron la suerte de registrar el potencial H. Desde entonces se practica en muchos hospitales de cardiología ese registro, puesto que es útil para diagnosticar diversos trastornos. Al potencial H se le sigue llamando así y se le da el crédito al Instituto Nacional de Cardiología.